Por Juan Tomás Valenzuela
A un apellido Furcal
(que no es nada de Roberto)
quieren tirárselo muerto,
tan solo por molestar.
Gentes ligadas al mal,
con intenciones oscuras,
se la están metiendo pura,
para de alguna manera,
armarle una jodedera
a esta singular figura.
Era un hermano de Gloria
quien le vendía al Inabie
y por más que alguien lo espíe,
aún sea de forma aleatoria,
ninguna de estas escorias
implicarán a Fulcar,
porque aunque lo esté haciendo mal,
no serán sus intenciones,
más sí la de estos lambones
que sólo hablan por hablar.
El compañero Roberto,
es un Fulcar de la Rancha,
que aunque su estirpe es bien ancha,
no pertenece a este entuerto.
Yo dejo debate abierto
contra los que lo cuestionan,
si de aquí al lunes gestionan
sólo un caso que lo implique,
también yo me voy a pique
en lugar de esa ratona.
Pero es Julissa, señores,
empleada de CDN,
que es una empresa del nene,
que andaba con jodedores.
El que aún le debe favores
al ladrón de Villa Juana,
a Juan Bragueta, a su hermana,
a Gonzalo, a Diandino
y a muchos otros cretinos
de esa estirpe bacteriana.
Juan de los Palotes
2 febrero 2022
